-Eras una criatura muy afortunada- Dijo Marianne con una actitud muy
segura al ver que su disparo a la cabeza del cadejo había sido desviado por una
de las cadenas que llevaba en su cuello.
A diferencia del cadejo blanco al que había perseguido por largo
tiempo prácticamente sin ninguna oposición; el negro era pura agresión y ahora
estaba completamente concentrado en atacarla lo que lo volvía un blanco móvil
más difícil. Sin embargo para Marianne eso era mejor, solo le quedaban 4 balas y
3 probables enemigos lo que hacia que el combate a larga distancia no fuera una
opción muy viable con esta clase de enemigos, además de que aun le quedaban
algunos trucos mas debajo de esa gabardina blanca.
-¡Ataca!- le grito Marianne y de su manga saco una especie de daga
compacta amarrada a un hilo.
Comenzó a darle de vueltas formando un círculo que se fue tornando del
mismo brillo que tenían las demás armas que había usado Marianne.
El cadejo dudo por un instante pero aun así embistió a Marianne, y
contra todo pronóstico la enorme bestia fue repelida por ese endeble escudo de
luz formado por el hilo, como si simplemente no pudiera tocarlo, pero aun así
no era suficiente para derribar al cadejo y debía mantenerlo girando para
formar ese escudo poniendo la pelea en un estado estancado.
-Increíble- murmuro Gael desde cierta distancia mientras observaba
como su brazo sanaba rápidamente de la mordida- bueno, sigo en pie maldito.
Se puso a observar los alrededores buscando algo que pudiera usa para
ayudar en el combate ya que el cadejo blanco no parecía estar en condiciones de
levantarse, y no sabia si Marianne tenia algún plan al respecto; fue entonces
cuando las vio, esas redes que hace poco habían servido para arrinconar al
cadejo blanco estaban ahora tiradas en el suelo, pues los árboles a los que estaban
clavadas ya habían sido despedazados.
-¡Espera no toques eso!- Grito Marianne al ver que Gael se disponía a
tomar unas de esas redes que aun conservaban ese inusual brillo amarillento.
Para su fortuna, el no entendió lo que le dijo o no quiso hacerle
caso, y tomo por las clavijas una de las redes sin ningún problema,
permitiéndole arrojarla a gran velocidad en contra del cadejo, quien se
estremeció como si lo estuvieran electrocutando al quedar atrapado en la red.
-¿Cómo pudiste hacer eso?- dijo atónita ante lo que Gael acababa de
hacer.
-Suerte de principiante, supongo.
Pero no era el haber capturado al cadejo lo que la asombraba, sino que
era la primera criatura que había tocado sus armas bañadas en ese brillo sin
sufrir un gran daño.
-Entonces a un lado- estiro su brazo derecho y de su manga de la
gabardina salio una vara que se abrió en dos, revelando un filo nuevamente
brillante (probablemente el arma escondida que pensaba usar contra el cadejo) y
ataco al cadejo negro hincándose sobre el y atravesándolo con su espada,
terminando así la batalla.
- Riposa in pace e non più soffrono di questa dannata
vita - dijo Marianne mientras el cuerpo del cadejo se desbarataba como polvo
brillante, siendo llevado por el viento y dejando un simple esqueleto casi
humano y en un estado carbonizado frágil.
Una vez de pie ella se dirigió hacia el cadejo blanco para acabar con
el, pero justo cuando ella disponía a alzar su brazo en contra de ese perro
blanco, Gael se interpuso cubriendo al cadejo que estaba aun tirado en el piso,
con su cuerpo.
-¡Espera! El no es como el otro- grito Gael tratando de convencerla, y
ya de paso evitando que los acuchillara a ambos -Creo que entiendo cual es tu
trabajo pero, si el es como en la leyenda, solo esta buscando redimirse por algo
que hizo, protegiendo a las personas y tratando de alejarlas de sus vicios
-Dijiste que ¿crees saber lo que hago?
-Si- dijo mientras tragaba saliva básicamente esperando el dictamen de
su verdugo.
Marianne saco nuevamente esa extraña cruz de su bolsillo y rápidamente
comenzó a girar sobre la palma de su mano derecha por unos segundos pero esta
vez no apunto a ninguna parte y
simplemente regreso a su estado inanimado otra vez.
-Esta bien, si nos costo tanto trabajo a nosotros encontrarlo dudo que
la palabra de un borracho se convierta en algo creíble.
Gael se alegro, y trato de ayudar al perro, quien se alejo cojeando y
desapareció en la oscuridad sin dejar evidencia de su presencia, pero justo
cuando estaba por voltearse para hablar con aquella chica cazadora misteriosa
sintió un mental caliente en su nuca
-No te muevas si no quieres perder tu cabeza- amenazo Marianne con un
tono de voz muy atemorizante.
-Pero yo…
-¡Silencio! Ahora quiero que me digas en realidad quien eres.
-Ya te lo dije me llamo Gael Aris Bravo, yo simplemente… vivo por
aquí.
-Ese cabello blanco, esos colmillos y esos ojos rojos, ya he visto que
no es solo un disfraz, y una cosa mas ¿Cómo puedes evadir el rastreo del
crucifijo?
-No se a que rastreador te refieres, simplemente me desperté así esta
mañana aunque creo que no me di cuenta hasta en la tarde
-¿Hasta la tarde? ¿Qué clase de despistado eres?
-¿Por qué todo mundo me dice eso?- murmuro algo desilusionado
El interrogatorio se estaba poniendo algo tenso y mientras ella hacia
cada pregunta se aseguraba de esculcar metódicamente si Gael no traía ningún
arma u objeto extraño consigo
PROXIMA PARTE