(((**Solo como nota: ya voy a empezar a actualizar partes anteriores para que tengan un link que te lleve a la siguiente parte**)))
Sin importar de donde sea la leyenda, los vampiros siempre han tenido
dos características que todos comparten, la primera es su insaciable sed de
sangre la cual Gael ya había conocido de primera mano y que por cierto no fue
nada agradable, puesto que como no quería empezar a agarrarle gusto a la sangre
humana trato de calmarse atacando a animales silvestre los cuales no le supieron
exactamente “sabrosos” y por si eso fuera poco, como no sabia si al morder a un
animal este se volvería un zombie o familiar, tuvo que aplastarles la cabeza a
todos los zanates y ardillas que atrapo hasta que consiguió saciar esa sed extrema
por la sangre. Pero mas importante aun incluso que el hecho de que rápidamente
se había acostumbrado a beber sangre, era que la otra característica de todo
vampiro sin excepción es que para serlo uno tiene que estar muerto lo cual le
causaba una seria incomodidad, ya que aunque ya no veía las venas y arterias de
otros seres vivos ahora que había calmado su sed, aun podía sentir que su corazón
latía y que su respiración seguía tan normal como siempre produciéndole confusión,
pero también cierto alivio pues si en verdad seguía vivo y tenia tanto control
de sus instintos vampiricos como el creía quizás no pasaría mucho tiempo hasta
que estuviera seguro de que no seria peligroso volver a casa pero por ahora lo
mejor era seguir caminando.
Después de varias horas de caminar por la orilla de la carretera, Gael
se dio cuenta de varios inconvenientes en los que no pensó al irse de su casa y
el primero de ellos fue la soledad, o más bien el silencio y es que a pesar de
que no había pasado mucho tiempo no podía evitar hablar consigo mismo en voz
alta a la primera oportunidad por lo que fuera.
-Maldita sea, debí traerme al menos un juego para divertirme, digo pensé
que estos poderes serian muy entretenidos pero no se ni como usarlos
-Ah pero que rayos me traje en la mochila no estoy seguro si mi
cepillo de dientes me pueda lavar la sangre
-Lo lógico seria que si ¿o no? Digo puede limpiarse de la ropa
Continúo hablándose a si mismo por un buen rato en un intento por
lograr distraerse de la falta de compañía y de el exceso de estímulos que ahora
percibía con sus poderes de vampiro, los cuales se encendían y apagaban como
luces intermitentes, pero entonces detecto algo que su instinto le dijo que no
debía pasar por alto.
-¿Eh…? ¿Hay alguien hay?-Dijo Gael cuando se volteo a ver detrás de el
para ver si alguien lo seguía-Ni un día que me fui de casa y ya me volví loco
Entonces volvió a sentir esa
extraña fuerza y esta vez también le pareció escuchar unas pisadas en el pasto
como si algo de 4 patas corriera detrás de el, pero al mismo tiempo se
empezaron a entremezclar una enorme cantidad de sonidos en su cabeza, ruidos de
insectos, cantos de pájaros, el viento contra las hojas de los árboles,
vehículos en la carretera, y todo esto sin saber de donde venia o que tan lejos
estaban
-¡Ah ya basta!-Grito mientras trataba de ignorarlo todo tapándose los
oídos y cerrando sus ojos-esto se esta volviendo una locura, no logro saber ni
si algo esta lejos, cerca, es pequeño o gran…
En ese momento abrió los ojos y el resplandor de la luz de una motocicleta
le dio directo en la cara mientras que el sonido de un balazo casi lo deja
sordo de lo cerca que fue. Por un momento pensó que lo habían atropellado y
luego para rematar le habían disparado, pero una brisa de aire le hizo recuperar
la cordura, no sentía que estuviera tocando el piso y rápidamente se dio cuenta
que estaba al menos a 30 metros sobre el suelo. Sin darse cuenta su cuerpo
reacciono instintivamente al peligro y salto para evitar a 2 amenazas que
estaban a punto de arrollarlo.
-¿Qué rayos es esa cosa?- Se pregunto a si mismo Gael cuando desde lo
alto (y gracias a sus habilidades de vampiro) pudo observar a esos dos que casi
le pasan encima.
Adelante cruzando la carretera
desde el bosque iba un perro blanco y luminoso de un metro cincuenta de alto
por cinco de largo y detrás de el a toda velocidad dándole caza desde una
motocicleta todo terreno y siendo la culpable de ese salto reflejo de Gael se
encontraba una joven; una de las 183 personas que hace un año presenciaron ese
espectáculo de luces rojas en el triangulo de las bermudas y que hace algunas
horas paso cerca de la ciudad de San
Cristóbal de las Casas buscando algo que hasta esos momento era desconocido
para Gael; “un alma corrupta”.
Tan rápido como el perro y la chica aparecieron de un lado de la
carretera, desaparecieron del otro lado entre los grandes árboles de ese
terreno frío y montañoso, y mientras Gael los veía alejarse comenzó a sentir
otra fuerza, esta vez una que conocía muy bien y a la que hasta ese momento no
había podido oponérsele, la fuerza de gravedad.
-Hay no, ¡Vuela flota elévate arriba lo que sea!- grito Gael mientras
se precipitaba rápidamente hacia el piso. Palabras que no le sirvieron de nada
pues no evito caer sin ninguna resistencia directo contra el suelo desde una
altura mayor de 30 metros.
-¡¡AAh#%”#TA Madre!!- Grito nuevamente ya en el piso por el tremendo
impacto que acababa de recibir contra el suelo- Bueno al menos ahora si estoy
seguro de que tengo una súper resistencia o ya estaría muerto
No le costo mucho trabajo levantarse del piso de la carretera antes de
que algún otro vehiculo (esta vez uno que si siguiera el sentido del transito)
pasara por ahí. Y después de asegurarse de no tener ningún hueso roto o una
herida seria, se volteo a ver hacia
donde se habían ido la chica y el perro gigante.
-Al rato tengo que irme a comprar un boleto de lotería porque con mi
suerte segurito que me lo saco.
Pensó Gael mientras lograba centrar un poco mas sus sentidos en lo que
estaba haciendo pues aparentemente el fregadazo de hace rato resulto terminar
ayudándolo a enfocarse. Y como si todo
esto hubiera sido orquestado por el destino, su vida se había cruzado con hechos
imposibles de explicar lógicamente, no una sino dos veces en el mismo día.
-Bueno, ya con el ratón encarrerado- dijo Gael mientras se coloca en
cuclillas como un corredor de atletismo- Espero que la súper velocidad también
entre dentro de la lista de habilidades de un vampiro por que vaya que se iba
rápido esa chica.
No tenia nada más que hacer, esa cruz roja en la gabardina de la joven
se le hacía conocida, creía saber que era eso a lo que estaba persiguiendo y si acaso necesitaba de alguna otra escusa para
seguirla, el mismo se había vuelto un mounstro de leyendas y pensó que si existía
alguien que pudiera explicarle el porque, era esa persona. A Gael nunca le
gusto desperdiciar las oportunidades así fuera para algo absurdo, algo para
mejorarse, un desafío, ayudar a otros o en si mismo la oportunidad de hacer
algo raro, por lo que no dudo en usar su olfato y súper velocidad para seguir a
quienes casi lo habían atropellado y balaceado un minuto atrás, excediendo por mucho con eso cualquier locura que
hubiera hecho en su vida hasta entonces.
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