Mas o menos a la misma hora que ocurrió la persecución canina, en un
área boscosa cerca de la ciudad de San Cristóbal de las Casas, una chica en
motocicleta se detuvo para inspeccionar la zona con una cruz blanca que no era
mucho más grande que la de un rosario pero con una base terminaba en punta y
que extrañamente flotaba sobre su mano apuntando a distintas direcciones; ella traía
puestas unas botas y pantalones negros además de un casco blanco que no dejaba
ver su rostro, y aunque eso era algo común para alguien que iba en motocicleta,
no lo era así el resto del uniforme que usaba, ya que llevaba la misma gabardina
que aquellas personas en el yate un año atrás y al igual que algunos unos guantes
blancos con cruces negras en ambas manos una parte adicional del uniforme que solía
variar mucho entre cada uno de ellos. La cruz que aparentemente le servia como
radar empezó a flotar sobre su mano y apunto en dirección a las afueras de la
ciudad donde vivía Gael.
-Esta vez no te escaparas alma maldita- se dijo para si misma la
extraña chica -no dejare que el sacrificio de Alcides sea en vano- y dicho esto
se fue tan rápido como llego a bordo de su motocicleta desapareciendo entre los
árboles como si de un fantasma se tratara.
Para Cuando Gael toco la puerta de su casa ya eran casi las 6 de la
tarde y estaba algo frustrado por haber tenido que pasar gran parte de su
ultimo día de vacaciones de invierno huyendo de perros y tratando encontrar una
ruta para desde ese cerro hasta su casa sin toparse con mas perros en el camino,
a la vez que rogaba que por favor
hubiera alguien en casa ya que había vuelto a olvidar sus llaves; y para su
suerte una pequeña niña delgadita de unos 9 años de edad con pelo largo castaño y
aparentemente con un buen resfriado le abrió la puerta mientras se sonaba la
nariz.
-Ay Gael no sabes la suerte que tienes eh… si no estuviera enfermita
te hubieras quedado aquí afuera esperando hasta que papá volviera del trabajo
en la noche.
-Y mamá ¿Dónde esta?-
-Pues ya vez el abuelo, que se cae y que se rompe una pierna, y bueno
fractura mata resfriado, además ¡Debiste haber regresado antes!- dijo en una
manera quizás algo extraña de hablar para una niña de su edad
-Ya esta bien, lo siento Raquel es que no esperaba que me fuera a
tardar tanto y pues… tuve algunos inconvenientes.
De repente Raquel alzo su mirada y se quedo como 20 segundos
observando detenidamente a Gael a la cara sin decir nada hasta que simplemente se soltó a reír a
carcajadas
-Papá y mamá van a matarte por esto hermano- dijo aun riéndose Raquel
-¿Eh? ¿A que te refieres? Y… ¿Porque te estas riendo?- le pregunto
confundido Gael a su hermanita
-¿Enserio no te has dado cuenta?
-Créeme que no tengo idea de lo que me estas hablando.
-Entonces porfis espérame un segundito ¿si?
Raquel se dirigió a su cuarto tomo un espejo de mano que había dejado
en su cama y se lo llevo a su hermano
-¡¡PERO QUE DEMONIOS!! Mi cabello esta completamente blanco- grito
enojado Gael- Ese maldito de Raúl, lo voy a matar-
Gael se disponía a decir groserías al por mayor al ver que su pelo
castaño se había vuelto completamente blanco, y ya sabia que en el pasado el y
Raúl se jugaban bromas a veces muy pesadas el uno al otro, pero por antes de
eso recordó que su hermanita menor estaba presente, así que la llevo a su
habitación (prácticamente en contra de su voluntad) para que siguiera reposando
por su enfermedad y una vez cerrada la puerta, respiro profundo, se dirigió a
la cocina y tomo el teléfono.
Raúl, por su parte ya tenía un rato de haber regresado a su casa y
estaba descansado en el sillón viendo la televisión después de obviamente lavarse
“la mano”. El teléfono sonó y su madre que había contestado le dijo que era
para el, pero no esperaba que en cuanto pusiera su oreja en el auricular fuera
derribado por el grito de furia de Gael
-¡¡Desgraciado porque no me habías dicho esto antes!!-
Aun tirado en el piso y sin ver, estuvo tanteando la mesa hasta encontrar
el auricular del teléfono y al fin decir algo al respecto
-Hola ¿Quién habla?
-Soy yo, Gael.
-Si ya me lo imaginaba, y espero no ser mal educado pero… ¡¡¿¿Estas
loco o que te pasa porque me gritas??!!
-Ah y todavía preguntas ehh… me dejaste el pelo blanco todo el santo
día.
-¿Ahh? ¿Entonces no te lo pintaste tú?
-El loco serás tú, porque demonios me pintaría el pelo de color
blanco.
-Bueno no seria la mayor locura que hayas hecho.
-¿Qué quieres decir con eso?-
- Pues, están… la vez que creímos te ibas a suicidar y solo estaban
comiendo en la orilla del techo del edificio, siempre entras a la escuela
tratando que nadie te vea, el agujero gigante que hiciste en la jardinera, el
tlacuache que rescataste, te quedas dormido de cabeza en la portería… ¿quieres
que continúe?
-Esta bien, esta bien tienes un punto a favor, pero entonces si no
fuiste tu quien rayos me hizo esto.
-Uhmm… que tal Guillermo el todavía esta molesto porque lo dejaste en
ridiculo el semestre pasado.
-Ese inmaduro…- dijo Gael con un tono algo molesto-no puedURGH rrr…..-
Raúl se quedo un poco confundido cuando la comunicación se corto de
pronto pero como Gael siempre tenía la mala costumbre de no despedirse por
teléfono ni en persona, simplemente lo dejo pasar por alto, sin imaginarse si
quiera que aunque apenas el año estaba comenzando esa seria la ultima vez que
hablaría con el por mucho tiempo.
Gael no podía creer lo que acaba de pasarle, sin medir su fuerza había
hecho pedazos literalmente el teléfono de su casa solo con su mano derecha, y
antes de que pudiera encontrarle una explicación lógica a lo que ocurrió, un
dolor punzante en su corazón lo hizo caer al piso, destruyendo de paso la mesa con la que intento detenerse. Su
casa era solo de un piso, y los destrozos de la cocina hicieron que su hermana
se asustara e intentara revisar que estaba pasando pero cuando intento abrir la
puerta de su cuarto, simplemente no pudo jalar la puerta de su cuarto como si
alguien la jalara del otro lado.
-Hermano, ¿Pasa algo?-dijo Raquel, quien estaba empezando a preocuparse
-No vayas a salir, hice un desastre en la cocina y hay vidrios por
todas partes- la voz de Gael se oía cansada y respiraba con dificultad
-¿Estas bien hermano?
-Si, si solo vete a dormir.
-De acuerdo como tu digas- Raquel no creía del todo en lo que Gael le
estaba diciendo pero desde hace mucho que confiaba ciegamente en el, así que
regreso a su cama para intentar conciliar el sueño.
PROXIMA PARTE