lunes, 27 de enero de 2014

Siegel Verflucht Capitulo 2 "Por el bien de mi familia" (Pt. 4)


Al irse asentando el polvo ocasionado por la explosión se pudo observar como ambos perros peleaban encarnizadamente arrasando todo a su paso con cada azote que se daban. El perro blanco y el perro negro eran parte de una misma leyenda muy común en Centroamérica llamados simplemente como “Cadejo”; Leyenda de la cual Gael conocía varias historias y en una de ellas decía que para ganar su amistad debías escupir en la palma de su mano y ofrecérsela asegurándose de cerrar las piernas para evitar ser poseído. No sabia que tan seguro era eso o si funcionaria pero Gael se había salido con la suya una vez mas, y quizás también en mas de una forma, pues ahora estaba encima de Marianne, a quien había protegido de la explosión ocasionada cuando la moto fue destruida y la gasolina reacciono con la electricidad de la red que había sido despegada de los árboles por la embestida del cadejo negro.
-Mierda, me pase- Dijo Gael al ver que Marianne estaba inconsciente debido al empujón tan fuerte que le dio para alejarla de la explosión – ¡Oye!,  ¿Estas bien?
-¿Uh?... ¡¡Mostro!!- e inmediatamente después le disparo a Gael en un acto reflejo por el rudo despertar.
-¡Agh! Eso duele… y también el balazo jaja- exclamo de una forma bromista Gael ya que no podía creer que acababa de esquivar un disparo con solo un rozon en el hombro (no es que le hubiera apuntado muy bien) y que además ni le dolía.
-¿Quién eres y que esta pasando?- nuevamente le apunto a Gael con su pistola, esta vez casi a quemarropa para que no pudiera esquivarlo.
-Hola me llamo Gael y aunque no estoy seguro, “eso” es lo que esta pasando- dijo sarcásticamente señalando hacia donde estaban las bestias peleando.
-¿Eran dos?- dijo sorprendida Marianne- No puede ser, solo detectamos un alma corrupta
-Yo tenia entendido que solo era un cadejo negro pero no se me ocurrió otra cosa que pudiera ser un perro gigante por esta zona así que hice lo que decía la leyenda.
-¿Cadejo?- Marianne entonces empezó a ordenar sus ideas de lo que le acababa de decir Gael, y lo que habían averiguado ella y Alcides al preguntar sobre los ataques de bestias salvajes en Guatemala- entonces si eran reales las historias, no creí que fuera cierto debido a lo nueva que es esa leyenda pero de todos modos debe de tratarse de un teriomorfo.
-¿Teri que?
 En ese momento el cadejo blanco fue arrojado con mucha fuerza contra un gran árbol, derribándolo en dirección a donde ellos se encontraban. Marianne aun no se había levantado del suelo y al ver el enorme tronco que estaba por caerles encima, Gael se coloco en posición y se propuso detenerlo con sus propias manos, sin darse cuenta que Marianne ya había rodando a un lado para esquivarlo. Obviamente nunca se puso a pensar cuanto pesaba un árbol porque apenas lo recibió sintió los cientos de kilos que lo obligaron a arrodillarse instantáneamente
-Claro, rodar, esa era mejor idea- dijo Gael pujando como si se le fueran a salir los ojos por el peso del tronco.
-Suelta eso, vas a romperte los huesos.
-Si claro.
Apenas y pudo arrojar el tronco a un lado suyo cuando el cadejo negro lo embistió arrastrándolo por la tierra varios metros mientras mordía su brazo derecho. Gael trataba de quitárselo de encima pero el cadejo no dejaba de apretar su brazo con su mandíbula y el blanco estaba demasiado lastimado para ayudarlo.
-Maldito quítateme de encima.
El sonido de un impacto metálico resonó fuertemente y el cadejo retrocedió soltando por fin a Gael. 

PROXIMA PARTE

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