Al irse asentando el polvo ocasionado por la explosión se pudo
observar como ambos perros peleaban encarnizadamente arrasando todo a su paso con
cada azote que se daban. El perro blanco y el perro negro eran parte de una
misma leyenda muy común en Centroamérica llamados simplemente como “Cadejo”; Leyenda
de la cual Gael conocía varias historias y en una de ellas decía que para ganar
su amistad debías escupir en la palma de su mano y ofrecérsela asegurándose de
cerrar las piernas para evitar ser poseído. No sabia que tan seguro era eso o
si funcionaria pero Gael se había salido con la suya una vez mas, y quizás
también en mas de una forma, pues ahora estaba encima de Marianne, a quien
había protegido de la explosión ocasionada cuando la moto fue destruida y la
gasolina reacciono con la electricidad de la red que había sido despegada de
los árboles por la embestida del cadejo negro.
-Mierda, me pase- Dijo Gael al ver que Marianne estaba inconsciente debido
al empujón tan fuerte que le dio para alejarla de la explosión – ¡Oye!, ¿Estas bien?
-¿Uh?... ¡¡Mostro!!- e inmediatamente después le disparo a Gael en un acto
reflejo por el rudo despertar.
-¡Agh! Eso duele… y también el balazo jaja- exclamo de una forma
bromista Gael ya que no podía creer que acababa de esquivar un disparo con solo
un rozon en el hombro (no es que le hubiera apuntado muy bien) y que además ni
le dolía.
-¿Quién eres y que esta pasando?- nuevamente le apunto a Gael con su
pistola, esta vez casi a quemarropa para que no pudiera esquivarlo.
-Hola me llamo Gael y aunque no estoy seguro, “eso” es lo que esta pasando-
dijo sarcásticamente señalando hacia donde estaban las bestias peleando.
-¿Eran dos?- dijo sorprendida Marianne- No puede ser, solo detectamos
un alma corrupta
-Yo tenia entendido que solo era un cadejo negro pero no se me ocurrió
otra cosa que pudiera ser un perro gigante por esta zona así que hice lo que
decía la leyenda.
-¿Cadejo?- Marianne entonces empezó a ordenar sus ideas de lo que le
acababa de decir Gael, y lo que habían averiguado ella y Alcides al preguntar
sobre los ataques de bestias salvajes en Guatemala- entonces si eran reales las
historias, no creí que fuera cierto debido a lo nueva que es esa leyenda pero de
todos modos debe de tratarse de un teriomorfo.
-¿Teri que?
En ese momento el cadejo blanco
fue arrojado con mucha fuerza contra un gran árbol, derribándolo en dirección a
donde ellos se encontraban. Marianne aun no se había levantado del suelo y al
ver el enorme tronco que estaba por caerles encima, Gael se coloco en posición
y se propuso detenerlo con sus propias manos, sin darse cuenta que Marianne ya
había rodando a un lado para esquivarlo. Obviamente nunca se puso a pensar
cuanto pesaba un árbol porque apenas lo recibió sintió los cientos de kilos que
lo obligaron a arrodillarse instantáneamente
-Claro, rodar, esa era mejor idea- dijo Gael pujando como si se le
fueran a salir los ojos por el peso del tronco.
-Suelta eso, vas a romperte los huesos.
-Si claro.
Apenas y pudo arrojar el tronco a un lado suyo cuando el cadejo negro
lo embistió arrastrándolo por la tierra varios metros mientras mordía su brazo
derecho. Gael trataba de quitárselo de encima pero el cadejo no dejaba de
apretar su brazo con su mandíbula y el blanco estaba demasiado lastimado para
ayudarlo.
-Maldito quítateme de encima.
El sonido de un impacto metálico resonó fuertemente y el cadejo
retrocedió soltando por fin a Gael.
PROXIMA PARTE
PROXIMA PARTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario