lunes, 3 de marzo de 2014

Siegel Verflucht Capitulo 3 "Batalla en el castillo del ángel" (Pt. 2)



Después de dormir durante un rato, Gael ya había perdido la noción del tiempo y se encontraba simplemente divagando acerca de lo que podría o tendría que hacer con poderes vampiricos y mas importante aun, el como llegaría a tomar su familia esto; pero entonces una pequeña alarma empezó a sonar en el avión e inmediatamente Marianne se levanto de su asiento y comenzó a desabrocharse su gabardina,  lo que Gael vio cuando termino de quitársela lo dejo perplejo, y no por su figura digna de una modelo sino porque en su ajustado chaleco traía mas cuchillos, cables y armas extrañas (que ni siquiera comprendía como servían) de las que se pudiera imaginar que cupieran en un espacio tan pequeño y eso sin mencionar una especie de sistema de poleas delgado que tenia equipado en los brazos.
-Ponte esto- le dijo Firmemente Marianne mientras le entregada su gabardina
-¿Para que?
-Recuerdas lo que ocurrió con ese soldado mexicano hace unas horas
-¿Cómo para que no me vean?- respondió  de nuevo Gael mientras revisaba la gabardina como si estuviera buscándole alguna clase de sistema tecnológico
-Algo así
Obviamente la gabardina le quedaba muy apretada a Gael pero antes de que pudiera objetar algo, una fuerte ráfaga de viento y la luz del sol por la mañana, le dieron de lleno en la cara sin oportunidad de darse cuenta que Marianne se colocaba un paracaídas, hasta el momento en que se acerco detrás de el para ponerle un arnés
-¿Qué haces?- le pregunto a Marianne un poco preocupado
-Imagino que nunca  has saltado en paracaídas así que lo haremos juntos.
-¡¡¡¿¿¿QUÉ QUÉ???!!!- Grito Gael ahora si realmente preocupado
Cuando ella lo llevo al borde de la compuerta de carga del avión, ese miedo lógico que sentía hace unos instantes se disipo por completo al observar la majestuosa ciudad que yacía debajo de el, aunque aun se sentía  como un pingüino ridículo por lo apretados de la gabardina y el arnés, y  por tener que avanzar agachado al ser mas alto que Marianne; quien por su parte parecía estar tan calmada como alguien que simplemente se baja del autobús.
-Guau, siempre quise conocer Europa pero NO DE ESTA ¡¡¡MANERAAAA!!!

La caída libre fue algo difícil de tolerar para Gael ya que con sus sentidos hipersensibles, la velocidad del viento contra sus ojos le pareció demasiado molesto, pero una vez que Marianne abrió el paracaídas pudo tener una vista tan precisa como la de un halcón, y para su sorpresa vio que el vaticano o al menos la catedral de San Pedro, ya había quedado atrás desde hace rato
-Oye ¿A dónde es que íbamos?- le pregunto Gael a Marianne
-Digamos que es una entrada secreta por allá- dijo Marianne al mismo tiempo que apuntaba al castillo de Sant'angelo, un antiguo edificio que en el pasado había servido como protección al papa y en el que se decía en una ocasión había descendido el arcángel San Miguel. Sin embargo el descenso de Marianne los estaba llevando hacia el puente que conectaba con el castillo e increíblemente nadie de los que se encontraba turisteando por los alrededores se había dado cuenta de su presencia.
-Guau, desearía saber como funcionan estas cosas- dijo Gael ante la nula atención de la gente en el puente
-Lo siento pero aquí te bajas- lo interrumpió Marianne
-¿Qué?
-No soy tan buena manejando el peso extra como creí
He inmediatamente corto las amarras del arnés con uno de sus cuchillos, dejando caer a Gael en el borde de concreto del río.
-¿Cuántas veces debo de caer de cara al piso el día de hoy?- Dijo con cierto sarcasmo Gael al darse cuenta de lo recurrente que se había vuelto esa situación.
-Usted debe de ser el antes mencionado Gael Aris ¿Verdad?- dijo una amable y calida voz desde debajo del puente.
Gael volteo su mirada para ver quien era y se topo con Rómulo, aquel joven con rasgos femeninos que se encontraban escribiendo trayectorias sobre el yate hace un año, la noche en que el capullo de plumas exploto.
-¿Es que acaso toda la gente de esta organización parece actriz de cine?-Grito Gael mientras trataba de incorporarse y quitarse el polvo de encima de la ropa.
-Supongo que eso es un cumplido ¿No Marianne?- dijo entre risas Rómulo al ver a Marianne recoger parte del paracaídas que había terminado en el río- ¿No quieres que te ayude?
-No así estoy bien- contesto Marinanne con la misma de seriedad de antes a pesar de que en esta ocasión se trataba de alguien conocido.
-Como guste señorita, ¡Ah! Casi olvido presentarme, me llamo Rómulo, un placer conocerlo señor Gael- dijo mientras le extendía su mano a Gael
-¿Rómulo?....un segundo ¡¿ERES UN HOMBRE?!- Exclamo Gael mientras se echaba un par de pasos hacia atrás.
-¿Eh?  ¿Acaso le parecí atractivo?-contesto Rómulo al acercarse a Gael.
-No es solo que… bueno- dijo nerviosamente Gael
-Es broma, no te preocupes le pasa a todo mundo, creo que le agarre gusto a molestar a los novatos.
-¿Novatos?- pregunto Gael, quien con todo lo que estaba pasando parecía que era lo único que sabía hacer.
-¡Ya basta Rómulo! No saques conclusiones antes de tiempo y ábrenos la puerta- dijo Marianne en un tono bastante regañón.
-Perdón.

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