-Siéntate ahí y espera a que regrese- Marianne le señalo un pequeño
sillón que estaba cerca del elevador y le entrego la bolsa de supermercado que
le había dado Rómulo -Si tienes hambre o ves a alguien mas por aquí, solo
quédate sentado, mantén la calma y usa
lo que esta en la bolsa volveré lo mas rápido que pueda.
Marianne se fue corriendo de ahí mientras que Gael se quedo solito
mirando para todos lados y sintiéndose observado como si hubieran cientos de
cámaras de seguridad vigilando lo que hacia. Aun así, ahora que se encontraba
solo, un extraño olor llamo su atención y lentamente abrió la bolsa de
supermercado y saco aquello que atrajo sus sentidos.
-¿morcilla?, si, creo que aquí dice morcilla- Gael olfateo el paquete
y no pudo evitar relamerse los labios.
Eso que ahora lo tenia tan distraído era un simple embutido, pero para
Gael en ese momento parecía ser el mas delicioso banquete en su vida, ya que si
bien el beber sangre de animales le había quitado esa extraña sed asesina y
prácticamente toda dolencia que tenia; en realidad ya había pasado mas de un
día desde la ultima vez que probo comida, por lo que en cuanto una vez que
desenvolvió la comida, sus tripas chillaron y se abalanzó a devorar ese
embutido y otros dos que había también
en la bolsa; con tanto placer que hasta se chupaba los dedos.
Después de terminar de comer, Gael se acostó en el sillón a descansar
la panza y esperar que Marianne regresara. Pero poco duro su descanso cuando
las puertas del elevador se abrieron nuevamente y Onelia (que en ese momento
traía a Alcides bien crudo y apoyado en su hombro) cruzo miradas con Gael.
-¡¡VAMPIROOO!!!- Grito fuertemente Onelia y como si fuera por arte de
magia saco una bazuca de entre los pliegues de su gabardina al mismo tiempo que
dejaba caer a Alcides al piso.
Gael apenas y tuvo tiempo para medio levantarse y saltar del sillón
antes de que la onda expansiva de la explosión lo sacara volando por el pasillo
hasta chocar con pared.
-Espera… Auch, yo-yo yo no soy peligroso.
-Inutile pezzo di feccia, qui non c'è spazio, per la spazzatura come voi
-No entiendo ni jota de lo que dice.
La bolsa que Marianne le había dado ahora
estaba en llamas (milagro que sobrevivió a la explosión) y Gael trato
desesperadamente de encontrar aquello que Marianne le dijo usara en caso de
emergencia.
-¿Un diccionario Italiano-Español?-
exclamo decepcionado Gael al ver que era lo único que quedaba en la bolsa
Onelia saco esta vez una escopeta corta y
se acerco a Gael pasando por encima de los pedazos a medio chamuscar del
mueble.
-¡¡Attesa!!- Grito Gael desesperadamente
mientras buscaba en el diccionario alguna otra manera de expresar lo que decía y
tratar de calmara- ¿Ehh? ¿Qué otra palabra digo?
Onelia disparo su escopeta y el
diccionario salio volando hecho pedazos de la mano derecha de Gael junto con
sangre y parte de sus dedos.
-¡AAAHHHHH!- El grito de Gael esta vez
fue de agonía pues el dolor era incluso
mayor que la mordida que le había propinado el cadejo- ¡¡Mierda!! esta tipa
esta loca.
Gael uso entonces su mano izquierda y con
toda su fuerza golpeo el suelo para levantar una gran cantidad de tierra, polvo
y fragmentos de piedra, que uso para cubrir su retirada (no pensaba quedarse a
esperar que lo mataran) corriendo sin rumbo através de los pasillos de esos
extraños calabozos, impulsándose incluso por las paredes si era necesario, para
esquivar los disparo de la metralleta de Onelia que no tardo ni un segundo en
perseguirlo para darle caza.
-¡Maldita sea, esto es un laberinto!-
Gael encontraba alguna puertas de metal en su huida, pero todas estaban
fuertemente cerradas y ni con su fuerza actual seria practico detenerse a
tratar de esconderse en habitaciones que no conocía y su perseguidora de seguro
si.
-Si cattura- dijo para si misma Onelia
cuando logro anticiparse a Gael en una de su vueltas por los pasillos, y nuevamente
disparo su bazuca, interceptando la trayectoria que llevaba y lanzándolo otra
vez contra la pared por la fuerza de la explosión. Ahora ella lo tenía
arrinconado contra la pared sin oportunidad para escapar y con una pistola
pegada a su frente; se podría decir que ese habría sido su fin de no ser por un
boomerang filoso y de acero desvío el arma a un costado, justo antes de que
Onelia pudiera disparar.
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